sábado, 13 de abril de 2024

Vania x Vania (versión 1)

texto y dirección: Pablo Remón.
una producción de Teatro Español y Teatro Kamikaze.
c
on Javier Cámara, Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas.


13 de marzo de 2024. Teatro Jovellanos, Gijón. 115’ aprox.

Una familia y un médico en una casa de campo. La familia es diversa. Están el tío, la sobrina y la señora que los cuida. Y también el escritor y su mujer urbanitas que han venido para quedarse en ella o para que se venda. El conflicto es puntual y múltiple. Pero también esencial y existencial.

El jueves tenía clase en la facultad y no llegaba a tiempo para ver en Avilés la versión 1 del Tío Vania remoniano, cuya segunda versión vi ayer en el Niemeyer. Los amigos me decían que había acertado con el orden. Que la versión más esencial y memorable era esta, y seguramente tenían razón. De todas formas, en la reseña de ayer ya anticipaba que lo de versión 1 y versión 2 quizá no debiera interpretarse como orden temporal, sino como concepto espacial. La de hoy es una versión radicalmente monista. Con un solo espacio prácticamente vacío (solo seis sillas, la de Marina Salas, de ruedas) seis intérpretes soberbios van haciendo crecer en nuestra mente la historia de Chèjov. Siempre presentes en el escenario (o tras el decorado de la versión 2), con solo adelantar o cambiar la posición de sus sillas, van trenzando los diálogos y las escenas de El Tío Vania como si estuviéramos asistiendo a las últimas lecturas de mesa antes de los ensayos. Es teatro tan abstracto como nítido. Casi más Chéjov que Remón. De este son el ritmo y cierta naturalidad actualizada que se radicaliza en la versión 2. La semana pasada Andrea Jiménez estrenó en el Palacio Valdés algo tan innovador como Casting Lear, una obra en la que cada día cambia el actor protagonista. En este caso he sido yo el que, como espectador, he innovado cambiado el orden de la propuesta de Pablo Remón. Y debo decir que quizá mis amigos tenían razón. Que pudiera ser mejor ver antes al Chejóv remoniano y desdoblado de la versión 2  y después al Tío Vania esencial y destilado de esta versión tan monista. Incluso creo que en Asturias, y en la gira, hemos sido más afortunados que en Madrid. Sea cuál sea el orden de estos dos Vanias,  me parece más grato y nutritivo degustar esta magnífica propuesta en dos días sucesivos que en la sesión (casi) continua de Madrid. Son ventajas de vivir en la verdadera centralidad: la de la periferia.      

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viernes, 12 de abril de 2024

Vania x Vania (versión 2)

texto y dirección: Pablo Remón.
una producción de Teatro Español y Teatro Kamikaze.
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on Javier Cámara, Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Laura Galán.


12 de marzo de 2024. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 120’ aprox.

Una familia y un médico en una casa de campo. La familia es diversa. Están el tío, la sobrina y la señora que los cuida. Y también el escritor y su mujer urbanitas que han venido para quedarse a vivir en ella o para que se venda. El conflicto es puntual y múltiple. Pero también esencial y existencial.

A la izquierda el exterior de una casa de campo rusa de hace más de cien años. A la derecha el de otra casa en un pueblo castellano de hoy. El tío de la izquierda es Vania. El de la derecha es Iván. A la izquierda hay más Chèjov y menos Remón. A la derecha sigue siendo El tío Vania, pero también resuenan los ambientes y lenguajes de obras anteriores, especialmente Los Mariachis (y hasta el acento de Luis Bermejo). Ayer no pude ver la versión 1 (la veré mañana en Gijón), pero creo que lo de versión 2 pudiera no ser ordinal, sino, más bien, espacial. Pablo Remón ha querido hacer con Chéjov algo parecido a lo que hizo con Lorca en Doña Rosita anotada. Allí el presente (su presente en primera persona) se intercalaba con el tiempo de la obra. Aquí ha querido que sea ese espacio doble el que represente los dos tiempos que ya albergaba tácitamente el texto de Chèjov. Aquellos rusos rurales con problemas existenciales aludían a un futuro remoto que es nuestro presente y Remón hace dialogar esos dos tiempos con solo dividir el escenario. Pero esta versión  de El tío Vania no es compartimentada ni intercalada. Los personajes pasan de un espacio a otro (y de un tiempo a otro) sin que se adviertan más cambios que las anécdotas y los lenguajes. Así, Pablo Remón confirma la intemporalidad de Chèjov. Y no solo porque su obra anticipara temas como la conservación de la naturaleza o la necesidad del cuidado, sino porque lo esencial de todas las vidas es lo que se muestra y se oculta en su cotidianidad. Javier Cámara está perfecto en los dos tonos de sus Vanias. Como también lo está Israel Elejalde interpretando con su fuerza habitual a ese médico desencantado y enamorado. O Juan Codina, intensísimo en el papel de ese escritor patético. Y, por supuesto, también Marta Nieto con el personaje de esa Elena, tan guapa, indolente y lucida, que encandila al Tío Vania y al médico; Manuela Paso, encarnando a esa Marina que destila la sensatez propia de los afanes domésticos; y Laura Galán (que ya estaba superlativa protagonizando Cerdita) y que aquí ha hecho un trabajo magnífico sustituyendo a Marina Salas (lesionada) en el papel de Sonia. Así que mañana, y con muchas ganas, me espera más Tío Vania en Gijón.

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viernes, 5 de abril de 2024

Casting Lear

Creación: Andrea Jiménez. Dirección: Andrea Jiménez y Úrsula Martínez.
Producción: Andrea Jiménez, Barco Pirata Producciones y Teatro de La Abadía.
con Con Andrea Jiménez, Juan Paños y Xuaco Carballido como actor invitado.


5 de abril de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90 aprox. Estreno absoluto.

Andrea es Cordelia y su padre nunca ha ido a un teatro. Él tenía un club de tenis y la repudió por no querer dirigirlo. El de Cordelia también la repudió pero ha estado siempre en el escenario. Andrea está harta de todo eso, así que esta vez será ella quien ajuste cuentas con su padre. Para hacerlo necesita que el Rey Lear sea un hombre distinto cada noche. Y que haga y diga lo que ella le mande.

Andrea Jiménez estrena en el Palacio Valdés esta maravilla que riza el rizo de las posibilidades interpretativas y de lo que se puede hacer en un escenario. Comienza citando a Peter Brook para recordarnos que si alguien camina en un espacio vacío y alguien mira, entonces ya hay teatro. Luego nos explica, a nosotros y a Xuaco Carballido, lo que ella y él (Cordelia y Lear) harán esta noche. Él ha llegado al teatro poco antes que nosotros y no conoce el texto ni los movimientos escénicos. Juan Paños (siempre discreto y en penumbra) le pone un pinganillo y, como los antiguos apuntadores, le irá susurrando el texto. Ella le dará leves indicaciones y cuando Xuaco Carballido acepta convertirse en Lear la cosa comienza. Y lo que entonces empieza es a la vez la historia de Shakespeare y la de Andrea impecablemente entreveradas. No sé cómo lo harán los actores que le sucederán cada noche en La Abadía a partir del próximo miércoles, pero me parece imposible que superen lo que aquí ha hecho hoy Xuaco Carballido. Su presencia y su voz son rotundas y perfectas para el personaje, pero la forma en que ha entrado en el juego de Andrea ha sido una gozada para nosotros, para ella y espero que también para él. Cualquier actor se prepara para interpretar lo mejor posible un personaje, para serlo en potencia conforme van avanzando los ensayos hasta conseguir encarnarlo plenamente durante sucesivas noches. Pero Andrea Jiménez le pide al actor que solo actúe, que sea acto puro, sin nada antes ni nada después de esa única función en la que creará un mundo propio. Andrea Jiménez desnuda la esencia del actor, enfrentándolo al acto de interpretar en el justo medio entre el vértigo de la improvisación y la confianza de dejarse llevar por un texto y un movimiento escénico que es tan desconocido para él como para el público. O tan viejo y resabido para ambos, porque Andrea Jiménez ha elegido nada menos que el Rey Lear (en la versión de Mayorga) para hablarnos de su relación con su padre mediante esta innovación radical que recrea y reinterpreta aquella historia clásica. Y no un clásico cualquiera, sino uno de los personajes emblemáticos que coronan la carrera de los grandes intérpretes (Nuria Espert lo interpretó hace unos años y lo evocó cuando recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes). Pues bien, ese personaje cimero que ambicionan todos los actores y para el que se preparan durante mucho tiempo, se lo regala a uno distinto cada noche que ha de asumir el riesgo de hacerlo a porta gayola, de conjurar sus miedos y entregarse sin  red a esta reina de la dirección y el atrevimiento escénico. Ella no solo nos conmueve con su catarsis sincera, sino que nos ofrece un Shakespeare único, como lo serán también cada uno de los Lear que a partir de ahora asistan a la muerte de Cordelia y la consuelen a ella. Pero es que, además, Andrea Jiménez se ha tomado todo esto tan en serio que no se ha olvidado de los irónicos subtextos y metatextos que caracterizaron sus maravillosos trabajos con Noemí Rodríguez en Teatro en Vilo (Interrumped, Generación Why, Man Up, Hoy puede ser mi gran noche). Y con la misma gracia, fuerza e intención ha incorporado momentos monologados tan vibrantes como el tronchante alegato feminista contra la franquicia Shakespeare y su olvido del arco dramático de Cordelia. O ese conmovedor monólogo final que es, no solo un canto al perdón y la empatía paterno filial, sino, con permiso de Brook y del Bardo, uno de los alegatos más hermosos, lúcidos e intensos que yo recuerde sobre la pasión por el teatro a los dos lados de la cuarta pared. Así que en Avilés nos quedamos esperando con muchas ganas lo próximo que nos traiga esta maga de la dramaturgia y la escena. Y que se vayan preparando los de La Abadía y sus Lear. En pocos días estarán allí nada menos que Andrea Jiménez y Cordelia. 

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viernes, 22 de marzo de 2024

A la fresca

autoría y dirección: Pablo Rosal
Producción: Los despiertos.
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on Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo.


22 de marzo de 2024. Centro Niemeyer (club), Avilés. 90’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.

Dos hombres y una mujer se reúnen cada tarde. Hablan de esto y de aquello, de las cosas que pasan, pero nunca de sus cuitas. Lo suyo es deleitarse con el poso y el reposo de las palabras. Y lo hacen sentados en tres sillas, a la vera de un tendal donde la mujer cuelga la ropa de la casa de la que es heredero uno de ellos, el que le ha encargado al otro que le construya una cabaña en ese lugar.

Pegar la hebra y hablar por hablar. De todo y de nada, de esto y de aquello, de lo divino y lo humano. Lo sabe hacer como nadie Pablo Rosal. Lo demostró en aquel artefacto lingüístico primigenio llamado Los que hablan.  Allí estaban inconmensurables Malena Alterio y Luis Bermejo. Y aquí destilan complicidad, bondad y ternura estos tres conversadores rurales y existenciales que son Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo. Las suyas son sinceridades de sillas y machaderos, de aquellos bancos de piedra en los que tanto disfrutábamos compartiendo noches estrelladas a la vera de las casas del pueblo. El teatro de Pablo Rosal lleva al límite el deleite de jugar con las palabras. Y estos actores entienden tan bien las reglas de su juego que uno no imagina otra forma mejor de hablar por hablar y de pegar la hebra que la que hemos disfrutado esta noche. A la fresca es una delicia. Como una buena conversación, sin principio ni fin, en una noche de verano.

sábado, 16 de marzo de 2024

Salomé

autoría y dirección: Magüi Mira.
Pentación y Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
con Belén Rueda, Luisa Martín, Juan Fernández y otros


16 de marzo de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 80 aprox.

A Juan el Bautista lo tiene encadenado Herodes, un rey pusilánime y primario que no sabe qué hacer con él. A la princesa Salomé le pirra el prisionero, pero por más que lo intenta no consigue que él quiera tener trato carnal con ella. Así que le acaba pidiendo a su padrastro que le entregue en bandeja su cabeza. Y él lo ordena y así se hará.

Una Salomé que sabe lo que quiere y lo que quiere es de índole sexual. Aquí se la reivindica como modelo lejano de un empoderamiento femenino que se niega a considerar vicario el deseo y el placer sexual. La tendencia a seleccionar, interpretar o enfatizar temas que permitan rescatar del pasado (o proyectar en él) asuntos del presente es bastante común en la programación del Festival de Mérida (también la querencia por lo hilarante). Sin embargo, en esta Salomé de Magüi Mira creo que influye otra cosa que no viene de ahora sino de hace un siglo, concretamente de Joyce. Me refiero a Magüi Mira Molly Bloom, el extraordinario monólogo que ella dirigió y protagonizó a partir del capítulo final del Ulises. Así que si hay proyección aquí sería otra y sería doble. De personajes y de actrices: la de Molly Bloom sobre Salomé y la de Magüi Mira sobre una Belén Rueda que sale muy bien parada de este desafío. El resto del elenco también está bien afinado (incluida esa guardia real que cierra el espectáculo con coreografías dervichianas). Quizá se subraye en exceso el patetismo de la pareja madura en su función de contraste con lo tórrido de la relación, deseable pero imposible, entre Salomé y Juan. Aunque pone mucho empeño, la princesa no consigue que el cristiano, cautivo también de su militancia, pierda la cabeza por ella. O que lo haga antes de que eso suceda de modo definitivo y literal.

domingo, 10 de marzo de 2024

Poncia

Texto y dirección: Luis Luque. A partir de 'La casa de Bernarda Alba' de Federico García Lorca.
una coproducción Pentación y Teatro Español.
con Lolita Flores.


10 de marzo de 2024. Teatro Campoamor, Oviedo. 70 aprox.

Tras la muerte de Adela, Bernarda ordenó silencio. Pero ahora es Poncia la que habla. De las cinco hermanas y de esa madre. De lo que les pasó a esas mujeres entre el duelo por el padre y los preparativos de la boda de Angustias. También habla de su propia vida. De la que lleva como criada, madre y esposa y de la que desearía que pudieran llevar todas las mujeres.

Lolita sabe medir la fuerza y los tiempos que requiere este soliloquio. Su poderío interpretativo le va mucho mejor a personajes dramáticos como este o el de la inolvidable Natalia de La Plaza del Diamante que a los de las comedias. En un escenario hermosamente iluminado Lolita sabe sacarle el mejor partido a esas velos livianos que penden desde lo alto con los que nos va desvelando lo que podría haber pensado Poncia tras aquel silencio. Luis Luque ha tenido el acierto de reunir una gavilla de frases magníficas de aquel drama postrero de Lorca e ir enlazándolas sin estridencias en la voz interior de una Poncia imaginaria que evoca o ajusta cuentas con lo que sucedió en aquella casa. Luis Luque y Lolita salen con bien de un reto muy arriesgado porque han tenido el acierto de la contención. Ella en la fuerza y el ritmo del soliloquio. Y él en la forma de entreverar sin importunar las palabras de Lorca.

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viernes, 8 de marzo de 2024

La reina de la belleza de Leenane

de Martin McDonagh. Adaptación de Bernardo Sánchez. Dirección: Juan Echanove.
Okapi Producciones.
con María Galiana, Lucía Quintana, Nicolás Illoro y Jorge Kent


8 de marzo de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90 aprox. Estreno absoluto

Maureen vive sola con su madre en una casa aislada de un pueblo irlandés llamado Leenane. Con reproches continuos y recelos permanentes, la relación entre las dos no puede ser peor.  Maureen tiene cuarenta y cinco años y siente que la vida se le escapa por tener que cuidar de su madre. Así que el regreso desde Londres de Pato Dooley y la noche que los dos pasan juntos le hacen recobrar la esperanza de una vida distinta en otro lugar.

Juan Echanove acierta plenamente con el espacio y la atmósfera de esta confrontación entre una madre y una hija que se odian sin tregua. Casi podemos sentir la humedad, la frialdad y el olor de esa cocina invernal. La iluminación destila una tristeza muy coherente con el sonido de esa radio sobre el que también disputan las dos mujeres. El cuarteto de intérpretes está afinadísimo en esta noche de estreno en la que debemos agradecerles que no requieran que se amplifiquen sus voces para proyectar emociones. Es verdad que el personaje arisco que tan bien encarna María Galiana se nos hace extraño al principio por lo mucho que nos condiciona haberla visto en papeles llenos de ternura y lucidez. Así que al principio me cae peor Maureen y me parece que Mag Folan es solo una anciana rezongona a la que su hija no sabe entender. Pero el buen hacer de ambas actrices y la doliente simetría de lo que Martin McDonagh nos plantea en esta confrontación entre una Bernarda y una Rosita irlandesas me hacen ver pronto de otro modo el personaje de Mag. En La reina de la belleza de Leenane encuentro ecos de las soledades rurales irlandesas que hacían tan extraordinaria Almas en pena en Inisherin, la última película de McDonagh. Un autor que también ha dirigido otras películas tan magníficas como Siete psicópatas o Tres anuncios en las afueras.

Programa de mano

sábado, 2 de marzo de 2024

Todas las hijas

Autoría: David Caiña. Dirección: Andrés Lima
una producción de Erre Produkzioak.
con Ane Gabarain, Gemma Martínez, Maribel Salas, Sol Maguna y Vito Rogado.

2 de marzo de 2024. Teatro Jovellanos, Gijón. 90’ aprox.

Cinco actrices han quedado para ensayar a media noche. Tras el escenario comparten confesiones sobre sus miedos. Los vividos durante la infancia, en sus relaciones con los hombres y los heredados de sus madres. 

Todas son hijas. Quizá de Bernarda Alba y del miedo. De eso va esta obra en la que cinco actrices evocan con recuerdos personales los miedos atávicos de las mujeres. Andrés Lima acierta al colocarlas en un escenario variable, ambiguo y lleno de sombras. Como las vidas de muchas mujeres. La referencia a las madres tiene también momentos divertidos como el de la parodia coral de sus gestos y letanías. Pero lo que domina es más bien la catarsis de los miedos. Miedos inducidos, evocados y quizá conjurados al ser compartidos en un teatro por cinco mujeres que ensayan a media noche  En este mes de marzo el Teatro Jovellanos extiende la reivindicación del día 8 programando un ciclo temático. Hoy se abre con Todas las hijas y en las próximas semanas continuará con Odisea, un viaje trepidante, Contracciones y Yo la quería. Lo cerrará Pasión Vega con Lorca sonoro. El de esta esta noche no ha sido un mal comienzo.

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viernes, 1 de marzo de 2024

Cristo está en Tinder

Autoría y dirección: Rodrigo García.
Producción: Teatro de La Abadía en coproducción con Festival Actoral (Marsella) y Festival Next (Valenciennes).
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on Elisa Forcano, Selam Ortega, Javier Pedreira y Carlos Pulpón.


1 de marzo de 2024. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 110’ aprox.

Cuerpos ajenos. Palabras ajenas. Sueños ajenos. Un perro robótico, un guitarrista, dos actrices y un actor. A los tres últimos quizá habría que llamarlos intérpretes corporales. De eso va la obra, de escenas con cuerpos sincopados que bailan, juegan y a veces hablan. También los vemos en video, en escenas paródicas del pijerío contemporáneo. 

Peter Brook dijo que cuando alguien camina en un espacio vacío ya hay teatro. Así que la propuesta de Rodrigo García lo es, aunque los que se fueron en la primera media hora (no fueron tantos) estén en desacuerdo. Cristo está en Tinder carece de planteamiento, nudo y desenlace. Uno ha de enfrentarse a esta obra como a la pintura abstracta, a las performances museísticas o a la danza contemporánea. A las dos primeras cada cual le dedica el tiempo que quiere. Quizá por eso la tercera y esta propuesta no sean aptas para todos los públicos. Sin embargo, además de su plasticidad coreográfica (áspera, pero magnética), Cristo está en Tinder tiene otros muchos hallazgos. Desde luego, lo son las ejecuciones de los actuantes (incluido el perro) y, por supuesto unos textos demoledores y sarcásticos que unas veces escuchamos gestualizados (más que dichos) por ese trío y otras los leemos en el magnífico diario de Tito, nuestra increíble mascota robótica. Reconozco que este tipo de propuestas no tienen fácil frecuentar las programaciones escénicas sin que se resientan los abonos. Pero se agradece que también formen parte de la nuestra. Yo, sin duda, prefiero mil veces este ácido corrosivo de Rodrigo García que las resabidas comedias de resortes y tópicos que tan plácido hacen el trabajo de algunos (pseudo)programadores.

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sábado, 24 de febrero de 2024

Camino al zoo

de Edward Albee. Versión: Juan Carlos Rubio y Bernabé Rico. Dirección: Juan Carlos Rubio.
U
na producción de TalyCual, Pentación, Lázaro y la Alegría.
con Fernando Tejero, Dani Muriel y Mabel del Pozo.

24 de febrero de 2024. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. 80’ aprox.

Peter está sentado y asediado. Primero por su mujer, Ann, en un sofá doméstico. Luego por un extraño, Jerry, en un banco de Central Park. Con ella tiene diálogos superficiales y profundos sobre lo que sienten y sobre su relación. De él escucha historias truculentas que, casi sin querer, termina protagonizando.

Fin de semana con Edward Albee. Ayer en el Palacio Valdés el estupendo estreno de Un delicado equilibrio dirigido por Nelson Valente. Hoy en el Valey este Camino al zoo dirigido por Juan Carlos Rubio con notable contención. Es un drama en dos actos con un mismo protagonista para dos historias (una íntima y conyugal, otra exterior y masculina) a las que, además del personaje de Peter, comparten instantes violentos: el del pasado que él confiesa a su mujer y el que cerrará dramáticamente el encuentro con Jerry. Fernando Tejero, Mabel del Pozo y Dani Muriel están muy bien en esos personajes intensos. Quizá por sus vecindades con la historia del magnífico estreno de ayer, a mi me han interesado más las confesiones maritales de la primera parte que, en su lado femenino, me han hecho pensar en las matizadas y oportunas reflexiones de Clara Serra en El sentido de consentir (Nuevos Cuadernos Anagrama, 2024). Así que ha sido un fin de semana teatralmente estupendo con el teatro de Albee haciendo doblete en nuestra comarca.

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viernes, 23 de febrero de 2024

Un delicado equilibrio

de Edward Albee. Dirección: Nelson Valente.
Producciones Teatrales Contemporáneas.
con Alicia Borrachero, Ben Temple, Manuela Velasco, Joan Bentallé, Cristina de Inza y Anna Moliner


23 de febrero de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 130 aprox. Estreno absoluto

Agnes y Tobías forman una pareja madura que vive con hastío su cotidianidad. Sobre todo ella, que no soporta la presencia en la casa de su hermana Claire. La cosa se complica con el regreso de Julia, la hija de Agnes y Tobías, que acaba de romper su cuarto matrimonio, y con la inesperada llegada de Harry y Edna. Ellos son sus mejores amigos y han abandonado aterrorizados su casa para instalarse en la habitación de Julia.

Otra magnífica noche de estreno en el Palacio Valdés. El texto tiene casi sesenta años, pero sus atmósferas son tan intemporales como la forma en que una familia puede ser refugio acogedor o escenario de tedios, reproches y culpas. Edward Albee tiene el acierto de hacer del miedo existencial la clave de la llegada de Harry y Edna a la casa de Agnes y Tobías. Cuatro años antes de que Albee estrenara esta obra, Buñuel había dirigido El ángel exterminador. Así que bien podría haberse inspirado en el terror coral que en aquella película impedía a unos burgueses abandonar una casa para ese inexplicable miedo que hace huir de la suya a Harry y Edna. La dirección de Nelson Valente es acertadísima, con un espacio doméstico casi abstracto en el que un sofá, un sillón y un frecuentado aparador de alcoholes varios tienen como fondo una tela oscura que separa a esa familia de un mundo exterior ignoto y de unos cuartos muy disputados: el de ese matrimonio que duerme separado y el de esa hija sin habitación propia porque Harry y Edna ya la han tomado. Un delicado equilibrio compondría un díptico perfecto con El declive, una obra que también dirigió (y escribió) Nelson Valente y que pudimos disfrutar hace cinco años en este mismo escenario. Entre sus aciertos está la elección de un elenco que realiza un magnífico trabajo. Alicia Borrachero está poderosa en ese personaje que no decide nunca, pero lleva siempre el peso de todo. Con una gestualidad ajustadísima, Ben Temple está impecable en el papel del flemático Tobías, el contrapunto perfecto de Agnes, para el que son muy acertadas esas sutiles glosas irónicas sobre su anglodisglosia. Manuela Velasco consigue darle una fuerza singular al personaje de Claire, que carga con un odio recíproco hacia su hermana y una oscura relación con su cuñado en el pasado. Anna Moliner consigue hacer creíble algo tan difícil como llenar de debilidad adolescente al personaje treintañero de Julia. Por su parte, Cristina de Inza y Joan Bentallé encarnan de forma perfecta a esa pareja (en cierto modo simétrica de la de Agnes y Tobías) en la que Edna es la que decide y Harry quien levanta las anclas. Con ese matrimonio, además del inesperado elemento externo que dinamiza la historia, Albee nos ofrece una interesante reflexión sobre la lealtad y la culpa y sobre los derechos y deberes que comporta la amistad. Por lo demás, ha sido un gusto escuchar las voces de todos sin amplificar. Cada vez es menos frecuente en los teatros y eso nos recuerda que el verbo proyectar también formaba parte de las virtudes diferenciales del trabajo actoral.

viernes, 16 de febrero de 2024

Italianeses

de Saverio La Ruina. Dirección: María Gómez y Riccardo Rigamonti
Producción: NadaDeLirios.
c
on Riccardo Rigamonti.


16 de febrero de 2024. Centro Niemeyer (club), Avilés. 80’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.

Tonino nos cuenta su vida. La de un italiano que nació en Albania y vivió siempre recluido en un campo.  Le tocaron los tiempos de la Guerra Fría y el aislamiento albanés. Una época especialmente dura para los soldados de Mussolini que no pudieron dejar aquel país. El padre de Tonino sí pudo volver, pero él vivió cuarenta años encerrado en ese campo albanés sin perder la esperanza de que algún día podría conocer Italia y encontrar a su padre.   

Bondad, alegría y esperanza. Es lo que destila el conmovedor relato que Riccardo Rigamonti nos comparte en primerísima persona. Esas tres actitudes definen a ese entrañable Tonino que disfruta con las cosas pequeñas, como los colores de las telas, la delicadeza de las costuras o la textura de un sueño en el que una joven de ojos celestes y pelo de trigo bien podría volver en verano. Son historias muy distintas, pero la atención a la belleza de las telas y la delicadeza de las intimidades me ha recordado a las de El Caftán azul, de Maryam Touzani. Con Italianeses Riccardo Rigamonti ha conseguido recrear esta noche la sutil complicidad que genera el viejo arte de contar historias al calor del fuego. Para Luis Landero (pienso en El Balcón en invierno) en ellas está la fuente de la memoria que hace posible la literatura. Así que, viendo a Tonino esta noche, uno cree que está asistiendo, no a la representación de un texto magnífico por un actor extraordinario, sino a las confesiones sinceras de un hombre bueno que inspiraron al autor de esta obra.

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domingo, 11 de febrero de 2024

El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar

Texto: Josep María Miró. Dirección: Xavier Albertí.
Una producción de Teatre Romea y Temporada Alta.
con Pere Arquillué.

11 de febrero de 2024. Teatro de La Abadía, Madrid. 105’ aprox.

El cuerpo es el de Albert, que solo tenía 17 años. Él mismo comienza recordando desde ese momento y ese lugar. También hablan los campesinos que lo encuentran. Y Antònia (su madre), Júlia (la directora del instituto), Ricard (el viejo del aserradero) y Eliseu (antes Pink, a partir de ahora Blue). Falta Ramis, el padre de Albert que lleva once años muerto.

Un texto superlativo y un actor inigualable. No es fácil reseñar lo que ha escrito Josep Maria Miró. Un coro de voces sobre una tragedia en tres tiempos: el del trauma infantil del padre, el de la dicha del hijo que quizá explica la inmolación de aquel y el de ese cuerpo tan bonito que el pueblo entero quizá haya sacrificado. El reto para Pere Aquillué era descomunal. Encarnar todas esas voces sin imposturas, a cuerpo limpio,  con solo una luz a su derecha en un espacio vacío y oscuro. Después de verlo haciendo de Dios en el Paraíso perdido de Milton, que dirigió Andrés Lima, estaba seguro de que hoy sería una noche memorable. Y lo ha sido. Hora y tres cuartos de teatro mayúsculo. Del que se contempla hacia adentro, casi con los ojos cerrados y el alma despierta. Conscientes de que, cuando pasen los años, podremos decir que estuvimos en La Abadía viendo al gran Pere Arquillué en El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar. Lluis Homar me había encantado haciendo algo parecido, pero con más apoyos, en Terra Baixa, el clásico de Gimerá. Pero Arquillué ha ido más lejos con este clásico contemporáneo de Josep María Miró (merece la pena leer su propio epílogo y el excelente prólogo de Abel González Melo en la edición de Artezblai). Y hay que destacar también el fenomenal trabajo de Xavier Albertí en la dirección (el pasado verano veíamos en el Teatro Maria Luisa de Mérida su magnífico En mitad de tanto fuego, otro estupendo monólogo de Alberto Conejero protagonizado por Rubén de Eguía). Él y Pere Arquillué  han conseguir llenar de verdad este espacio vacío habitado por muchas voces y un único hombre que ha conseguido emocionar a quienes hemos asistido a esta obra excepcional.

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sábado, 10 de febrero de 2024

Misericordia

texto y dirección: Denise Despeyroux.
una producción de Centro Dramático Nacional y Showprime.
con Denise Despeyroux, Natalia Hernández, Pablo Messiez, Cristóbal Suárez y Marta Velilla.


10 de febrero de 2024. Teatro Valle-Inclán (Sala Francisco Nieva), Madrid. 135’ aprox.

Darío Duarte va a estrenar en la sala grande del María Guerrero. Quiere que su obra trate del exilio y se lo comenta a su amigo Dante, un dramaturgo muy premiado al que no le encargan nada. De hecho, ha dejado el teatro por la psiconeuroinmunología. Darío tiene dos hermanas: Delmira, entregada a la cábala judía, y Dunia, diseñadora de videojuegos. Así que los encuentros entre los cuatro son muy especiales. Sobre todo para Darío que quiere que su obra rememore aquel viaje que organizó desde España el primer gobierno socialista para que doscientos hijos de exiliados uruguayos volvieran por Navidad a su país. Él participó en aquel viaje, pero no se acuerda de nada. Así que le ha pedido consejo a Sergio Blanco y él le ha dicho que hable con Denise Despeyroux. Ella también estuvo en aquel viaje cuando tenía ocho años y seguramente se acuerda. A Darío no le apetece hablar con ella porque no ha visto ninguna de sus obras y su teatro no le interesa. 

Metautoficción hilarante. Dos horas y cuarto de inteligencia, gracia, e ironía a cuenta del propio gremio. Darío es Pablo Messiez y dice que su teatro es demasiado abstracto. Denise es Despeiroux y acepta colaborar con él aunque realmente no quiere hacerlo. También salen otros nombres y obsesiones del panorama teatral españargentiguayo. Así que, además de ellos mismos y Sergio Blanco, también se habla de Francesco Carril (todo el mundo quiere trabajar con él) o de autores y directores más conocidos que Dario Despeiroux  como, por ejemplo, Pablo Remón o Andrés Lima (a este último lo teníamos justo delante y creo que se lo ha pasado tan bien como nosotros). Me encanta Denise Despeyroux. Como autora, como directora, como actriz y ahora también viéndola cuando era una niña deliciosa con ese vestido amarillo (está claro que ella nunca ha tenido miedo al teatro) y era entrevistada por la televisión sobre aquel viaje. Ojalá que a Denise le vaya muy bien con Misericordia (y que a Dante, a Darío y a sus hermanas les vaya muy bien con sus cosas). Y ojalá que pronto la tengamos de nuevo en Avilés. Sabe que la queremos mucho. 

Con esta son 500 las obras que he reseñado en este blog. Diez años de teatro, de buen teatro. Y seguimos en el teatro... 

Programa de mano

viernes, 9 de febrero de 2024

Nuestros actos ocultos

Texto y dirección: Lautaro Perotti.
una  coproducción de Timbre 4, Mamá Floriana SL y Teatro Español .
c
on Carmen Machi, Macarena García y Santi Marín.


9 de febrero de 2024. Centro Niemeyer (auditorio), Avilés. 80’ aprox.

Elena acaba de tener un accidente de noche y su marido ha muerto. O quizá no haya sido un accidente. Al lugar llegan Azucena, su madre, y Patri, su medio hermano. Las relaciones en esa familia son complicadas y nosotros la vemos en varios tiempos.

Ahora, hace seis meses y hace dos años. Esos son los momentos se van entreverando en esta historia llena de tristezas. La de una madre antes alcohólica y ahora afectada por la desmemoria. La de una  joven que quiere ser madre y no podrá serlo con su marido. Y la de un joven discapacitado que está siempre disponible para las dos. El texto de Lautaro Perotti es preciso en los lenguajes y destila la aspereza íntima de una familia llena de recelos y vacía de sinceridad. En medio de las dos mujeres está Lautaro, ese joven que es todo ternura y que querría servir de puente entre las dos. Carmen Machi está magnífica y rotunda, como ella sabe, en un personaje que intenta retener su fuerza cuando empieza a ser consciente de que pronto la perderá. También está impecable Macarena García en el papel de esa joven que quiere ser madre y no sabe ser hija para la suya. Y, por supuesto, Santi Marín interpretando a ese joven que, sin entender bien las cosas, intuye que deberían mejorar. Casi no lo reconocía, pero a él lo vi en Buenos Aires cuando interpretaba, precisamente con Laurato Perotti, esa maravilla titulada Próximo.  Aquella noche él y yo debíamos ser los únicos españoles en Timbre 4. Y eso hacía aún más especial y cercana aquella historia sobre las distancias. La de esta noche está llena de sugerencias tristes. Aunque no estoy seguro de que la recurrencia subrayada de los cambios temporales sea lo que más le conviene. Quizá con menos escenas distanciadas y prescindiendo sin rótulos temporales la historia podría ganar en interés sin perder emoción.

Programa de mano

viernes, 2 de febrero de 2024

Cielos

de Wajdi Mouawad. Dirección: Sergio Peris-Mencheta.
una producción de Barco Pirata.
con Marta Belmonte, Jorge Kent, Álvaro Monje, Pedro Rubio y Javier Tolosa.


2 de febrero de 2024. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 110 aprox.

Se prepara un gran atentado. A la Secretaría de Estado para la Defensa la pista Tintoretto le parece demasiado poética. Un criptógrafo de la célula francófona había avanzado mucho en ella a partir del cuadro de la Anunciación. Tanto que, por algún motivo, se suicida. Quien le sustituye encuentra nuevas claves que le llevan a anticipar varios atentados simultáneos en diversas ciudades. Pero se les ordena seguir la pista islamista.  

Todo hombre que mata a otro hombre es un hijo que mata a otro hijo. Lo cantaba Lluis Homar en Cerca de tu casa. Wajdi Mouawad pone en esa frase la clave de las herencias de las guerras del siglo XX que explican el dolor de esos jóvenes del XXI dispuestos a hacer del terrorismo un acto poético. Con Cielos cerró su tetralogía La sangre de las promesas que incluye también Bosques, Incendios (sublime el montaje que vimos en 2017 del gran Mario Gas) y Litoral. Cielos es el texto más contemporáneo de los cuatro. El que, abundando en la reflexión sobre la herencia de la sangre derramada, apunta a los desafíos de la actualidad. Verla en estos días de genocidio en Gaza aún impresiona más. Incluso uno sale pensando hasta qué punto la elección por algunos jóvenes de los museos como nuevos escenarios para algunos atentados de baja intensidad no tendrá algo que ver con lo que aquí plantea Wajdi Mouawad. Por lo demás, es admirable la interpretación escénica que hace Sergio Peris-Mencheta de un texto tan complejo como este. Todo un acierto ese espacio en tres niveles con el jardín de las estatuas y las confesiones en el superior, las celdas para las comunicaciones con las familias abajo y en medio esa sala de trabajo gris sin referencias exteriores en cuyo fondo hay unas texturas rugosas que me recuerdan lo que podría haber hecho Cristina Iglesias a partir de dibujos neuronales de Cajal. Junto a esos tres niveles de aislamiento Peris-Mencheta ha sabido crear la imaginería digital necesaria para que, sin perder teatralidad, podamos seguir los muchos elementos virtuales del entramado narrativo que propone Mouawad. Los cinco intérpretes están impecables en esta obra que exige la tensión del suspense y la intensidad de una poesía que, como dice Mouawad, pretende ser compatible con las matemáticas o el terrorismo. Siento no haber podido ver también Bosques y Litoral. Leyendo la tetralogía (y los magníficos prólogos de Eladio de Pablo) se aprecia la gran calidad de un autor cuyo reconocimiento es bien merecido. Aunque también es muy afortunado con puestas en  escena de sus obras como las de Mario Gas y Sergio Peris-Mencheta, quizá los directores de teatro más notables del panorama español. Esperemos que Sergio esté pronto en plena forma para seguir haciendo tan buen teatro como el que nos ha traído en estos años a Avilés: Continuidad de los parques, Lehman Trilogy, ¿Quién es el señor Schmitt?, Una noche sin Luna, Castelvines y monteses, Ladies Football Club y ahora Cielos. Nos encantará poder aplaudir de forma especialmente cálida lo próximo que dirija. No hay prisa. Le estaremos esperando.

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